February 9, 2013 | Univision | Articulo original

Washington prioriza la reforma migratoria

Legisladores demócratas y republicanos estudian un camino a la ciudadanía para los millones de indocumentados


Grupos bipartidistas fuera y dentro del Congreso de Estados Unidos estudian una reforma migratoria y un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados, confirmaron ex funcionarios y legisladores.

The Associated Press dijo que la ex Secretaria de Estado, Condoleezza Rice (durante el gobierno de George W. Bush, 2001-2009) forma parte de un nuevo grupo bipartidista que buscará una revisión de las leyes migratorias.

Agregó que los otros copresidentes del nuevo grupo son el ex gobernador demócrata de Pensilvania, Ed Rendell; el ex secretario federal del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, Henry Cisneros, también demócrata, y el ex gobernador republicano de Misisipí, Haley Barbour.

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Crece el debate

El nuevo grupo se suma a un grupo bipartidista del Senado, que la semana pasada presentó una declaración de principios para una reforma migratoria que incluye una dura vía hacia la ciudadanía, y otro en la Cámara de Representantes que ha venido trabajando un plan en secreto que entregará el 12 de febrero, según dijo a Univision la congresista Ileana Ros-Lehtinen (republicana de Florida).

Ros-Lehtinen precisó que el debate sobre el tema en la Cámara era “difícil” y no existen garantías de que el plan que den a conocer, el mismo día en que el presidente Barack Obama pronuncie el Informe sobre el Estado de la Unión, incluya una ruta hacia la naturalización de indocumentados.

“Ojalá que tengamos la ciudadanía, que es lo perfecto”, y que de no lograrlo incluirá “un estatus legal que no es lo perfecto, pero es lo posible”, dijo la legisladora.

Datos del nuevo grupo

The Associated Press dijo que el grupo de alto nivel que integra Rice fue creado por el Centro de Política Bipartidista en Washington y buscará mantener el impulso de una reforma migratoria.

También abriría un foro para los encargados de definir políticas en la materia, dijo Rendell.

La iniciativa también enfatizará en que existe un consenso bipartidista detrás de la aprobación de una legislación migratoria.

Tras la elección del 6 de noviembre, cuando el presidente Barack Obama fue reelecto para un segundo mandato de cuatro años y los republicanos sufrieron una dura derrota en las urnas, el tema de la reforma migratoria se convirtió en prioridad para demócratas y republicanos.

De los 12.2 millones de votantes latinos que acudieron a las urnas, el 71% prefirió a Obama por sobre el candidato republicano Mitt Romney, quien en un momento de su campaña sugirió la autodeportación para los 11 millones de indocumentados, la mayoría de ellos de origen latinoamericano.

Fechas probables

Negociadores de ambos partidos en el Congreso pretenden completar y presentar un proyecto de reforma migratoria en marzo, que será entregado a los comités jurídicos en ambas cámaras. Una vez aprobados por estas instancias lo votarán los plenos.

Ros-Lehtinen dijo a Univision que la Cámara esperará que el Senado vote primero.

Para ser aprobada, la reforma migratoria necesita 218 votos en la Cámara de Representantes –controlada por los republicanos- y 60 en el Senado –controlado por los demócratas-. En ambas instancias se necesita un acuerdo bipartidista previo porque ninguno de los dos partidos tiene los votos suficientes.

La presión de Obama

El presidente Barack Obama, por su parte, esta semana se reunió con líderes sindicales y económicos para buscar apoyos a una reforma migratoria amplia que incluya una vía de legalización para la mayoría de indocumentados.

La Casa Blanca dijo después del encuentro que si el Congreso no entrega un proyecto de ley en las próximas cuatro a seis semanas, el mandatario enviará su plan de reforma migratoria y presionará para que ambas cámaras lo aprueben.

Obama basa su plan de reforma en cuatro ejes: seguridad fronteriza –que la Administración quiere certificarla cuanto antes y reitera que la frontera está asegurada-, camino a la ciudadanía, verificación de empleo e inmigración legal.

El grupo bipartidista del Senado tiene un plan también de cuatro puntos, como el de Obama, pero difiere en dos materias clave. Primero quiere que se certifique la seguridad fronteriza antes de iniciar un camino a la ciudadanía. Segundo, que quienes califiquen para esta vía primero serán fichados, pagarán una multa y entrarán en un estado de no inmigrante que podría dilatar 10 años antes de iniciar el proceso para pedir la residencia permanente (green card), que en la actualidad demora, en algunos casos, hasta 23 años.

Puntos de desencuentro

Obama quiere que la certificación de la seguridad en la frontera sea inmediata y se arranque de inmediato el camino hacia la legalización, pero que no incluya el período de no inmigrante, que el senador Marco Rubio definió la semana pasada en Univision como de un “tiempo significante”.

En una entrevista citada por The Associated Press, Barbour dijo que "espero que quede claro que hay un apoyo bipartidista a soluciones a favor del crecimiento que resultaría de la reforma migratoria".

"Hay muchos temas que aún deben ser resueltos y va a ser necesaria mucha buena voluntad y mucha paciencia, y quienes piensen que vamos a tener un proyecto de ley migratoria para fines de marzo son probablemente demasiado optimistas", agregó Rendell.

"Obviamente esto no puede esperar", indicó Cisneros. "Si vamos a ser de ayuda necesitamos intervenir de inmediato".

Qué dicen los activistas

Mientras los grupos avanzan en los debates, defensores de los derechos de los inmigrantes criticaron el viernes los vaticinios de dos senadores, de que los inmigrantes acogidos a un estatus provisional concedido a través de una reforma migratoria tendrían que esperar quizás 10 años para solicitar la residencia permanente.

Grupos de activistas hispanos y asiáticos dijeron el viernes que esperar una década para lograr la residencia es simplemente "inaceptable".

"Hace tiempo solicitar la ciudadanía tomaba años y años, luchamos para que conllevara sólo seis meses, y eso acabó ocurriendo. Así que no vamos aceptar que ningún proceso o petición familiar (de ciudadanía) tome años o décadas", dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (CHIRLA) durante una conferencia telefónica con periodistas.

Los activistas también dijeron que ya hay miles de inmigrantes que llevan décadas estancados en el sistema migratorio del país con la esperanza de lograr una legalización.

Con permisos

El senador Dick Durbin (demócrata de Illinois), uno de ocho que integra el grupo del Senado, dijo el jueves en Washington que inmigrantes que soliciten ajustar sus estatus migratorio a través de la reforma quizás tendrían que esperar una década antes de poder solicitar la residencia permanente.

El senador hispano Robert Menéndez secundó lo dicho por Durbin y recalcó que ese período de tiempo no es "exorbitante", ya que la ley actual impone una veda de 10 años a inmigrantes que pasan tres años en Estados Unidos sin papeles.

La ley citada por Menéndez también se conoce como Ley del Castigo.

Durante la espera, quienes califiquen a la vía hacia la ciudadanía contarían con un permiso de trabajo y una autorización de empleo.

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