January 15, 2011 | Univision | Articulo original

La reforma amordaza elección presidencial 2012

MIAMI, Florida - Para nadie es secreto que el 2011 pinta mal para los indocumentados de Estados Unidos. "No veo nada claro", dijo Juan T, un inmigrante mexicano que vive y trabaja en un campo agrícola en Homestead, al sur de Florida. "Llevo nueve años esperando, trabajando de sol a sol y pagando impuestos. Mis hijos están creciendo y vivimos escondidos como si fuésemos criminales".

En 2010 se batió un récord de deportaciones con más de 392,000 y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró que este año la política no sufrirá cambios. A su vez, el Senado rechazó en dos ocasiones el proyecto de ley Dream Act, que recomendaba otorgar residencia a casi un millón de estudiantes que entraron siendo niños a Estados Unidos y no tienen autorización de permanencia concedida por servicio de inmigración.

Así las cosas, ¿cuál es el futuro de la reforma migratoria? ¿Se atreverá el Congreso a aprobar la legalización de millones de indocumentados y poner freno a la ola antiinmigrante que de desató a finales de 2006, cuando los republicanos detuvieron el Comité de Conferencia que armonizaba dos proyectos, uno de los cuales autorizaba la legalización de por lo menos 9 de los 11 millones de indocumentados?

Discurso Severo

Como dice Juan T. (quien pidió mantener su identidad bajo reserva por medio a ser detenido por autoridades federales y deportado a su natal municipio de Ixtahuacán del Río, en Puerto Vallarta, Jalisco, México), no hay nada claro. El ala dura republicana, partido que controla la Cámara de Representantes tras la victoria obtenida en los comicios de medio tiempo de noviembre del año pasado, aseguran que no habrá debate en 2011, pero saben que si no hacen algo al respecto no conseguirán los votos necesarios para ganar la elección presidencial de 2012, cuando se elija al nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Mientras, los demócratas tratan de resolver un complicado puzzle que no han sabido resolver en los dos años de administración del Presidente Barack Obama: conseguir apoyo bipartidista a un proyecto que no sólo le daría la residencia a 11 millones de indocumentados, sino que impactará en la siguiente elección. Y que también tendrá un efecto adverso en el caso de no cambiar las leyes de inmigración en los siguientes 12 o 18 meses.

"La mayoría de los comentarios, de los análisis hechos hasta a hora, muestran que será un año muy difícil", dijo a Univision.com Clarissa Martínez de Castro, directora de Campañas y de Política Migratoria del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), el mayor grupo hispano de Estados Unidos. "Pero al mismo tiempo creo que los republicanos tienen un reto y obviamente ya comenzaron a hacer sus cálculos para la elección del primer martes de noviembre de 2012".

Asunto de votos

Para La Raza, la matemática política del partido republicano es simple: necesitan el 40 por ciento del voto hispano para ganar, mientras que los demócratas requieren del 60 por ciento. "Mientras sigan identificándose como un partido antiinmigrante o antilatino, se les va a dificultar mucho superar o alcanzar esa cuota", apuntó Martínez.

La tarea no es fácil. ¿Por qué entonces insistir en cargarle la mano a políticas contra los inmigrantes? ¿Qué persiguen con propuestas, como por ejemplo cambiar la Enmienda 14 de la Constitución para negar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes sin papeles que nacen en territorio estadounidense? ¿Estamos presenciando una guerra cuyo único propósito es la conquista de la Casa Blanca?

"Obviamente están haciendo sus cálculos para la elección de 2012", apuntó Martínez. Y ya comenzaron a hacer cambios que a simple vista pasan desapercibidos, pero que al ojo del experto constituyen pruebas, evidencias de una estrategia dirigida a un objetivo claro: suceder al Presidente Obama. "Yo creo que el representante King, de Iowa, que ultimadamente no quedó como cabecilla del subcomité de inmigración, es una inclinación" que evidencia un cambio de estrategia.

Más callado, igual de duro

Steve King fue bajado del tren que lo llevaba a la jefatura del sub-comité de inmigración de la Cámara de Representantes y en su lugar fue nombrado el legislador de California Elton Gallegly, quien tiene posturas similares a las de King, pero su partido estima que podría emitir comentarios menos explosivos que eviten la fuga de votantes hispanos. Pero igual se trata se un oponente a la reforma migratoria y rechaza la legalización de los indocumentados.

El punto, sin embargo, es la presentación de planes antiinmigrantes y el distanciamiento de la reforma migratoria. "Ellos (los republicanos del ala dura) están buscando un reto jurídico. Saben que aprobar una ley como esta, ya sea a nivel federal o estatal, será muy difícil. Lo que ellos están buscando es ir a la Corte Suprema para tratar de reinterpretar la Enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos", dijo la activista.

Para Jorge Mario Cabrera, director de Comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA), en California, 2011 no sólo será un año en que probablemente no habrá debate de reforma migratoria en el Congreso, sino que "algunos comités en la Cámara Baja presionarán a la rama ejecutiva para que los negocios, los lugares de trabajo, utilicen E-verify (el sistema federal de verificación de empleos), y para que la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo ( ICE) deporte con más facilidad a los detenidos a través de programas como Comunidades Seguras (Secure Communities) y el Plan 287g".

Agregó que la confianza de la comunidad inmigrante en la Cámara de Representantes es baja y que "todo se puede esperar (de esta instancia del legislativo), especialmente del subcomité judicial en asuntos migratorios. De hecho, el primer día que el congreso empezó a trabajar varios congresistas ofrecieron una conferencia de prensa para indicar que una de sus prioridades sería la eliminación de la ciudadanía para hijos de indocumentados".

La ley de Arizona

La no aprobación de una reforma migratoria o la llamada "inacción" del Congreso en este delicado tema aviva el clima antiinmigrante desatado a partir de los primeros días de junio de 2006, cuando el entonces liderazgo republicano en el Congreso detuvo el Comité de Conferencia, instancia que armonizaba dos leyes aprobadas por el Congreso, una de las cuales autorizaba la residencia para indocumentados que carecieran de antecedentes criminales.

Tras el freno se aprobó la ley del muro y, en el curso de los siguientes dos años, en al menos 30 estados se debatieron más de 1,400 leyes antiinmigrantes que en resumen prohíben el alquiler de viviendas y negocios a indocumentados, exigen a las empresas inscribirse en el sistema federal de verificación de empleos, sancionan la contrata ilegal, conceden poderes extraordinarios a las policías locales (estatal y federal) para arrestar a indocumentados y, como en el caso de Arizona, criminalizan la estadía indocumentada, que en el resto de estados sigue siendo una falta de carácter civil no criminal.

"Me temo que en la ausencia de movimiento positivo a nivel federal en arreglar las leyes de inmigración, en 2011 veremos muchos más esfuerzos que se asemejen a la ley SB1070 de Arizona", dijo Cabrera. "Es posible que se intente cambiar o modificar estatutos locales en ciudades que no apoyan a los inmigrantes. Desafortunadamente, los próximos dos años, creemos, serán de lucha a la ofensiva más que de logros legislativos a favor de la comunidad inmigrante".

Martínez tiene una opinión similar a la de Cabrera. "Desgraciadamente sabemos que hay varios estados en los que hay legisladores que van a someter estas leyes. Pero es importante distinguir entre lugares donde hay legisladores que han dicho que quieren hacer esto y lugares donde hay una amenaza de que de veras podrían llevarla a algo. La amenaza más fuerte está por ahora en Georgia, Alabama Carolina del Sur", advirtió.

La lista de estados donde se ha anunciado el debate de leyes migratorias incluye además a Arizona, Pensilvania, Delaware, Idaho, Indiana, Michigan, Misisipi, Montana, Nebraska, Nuevo Hampshire, Oklahoma, Texas y Utah.

¿Y entonces, qué?

La distribución de poder en Washington D.C. puede llevar a un severo estancamiento en el debate de la reforma migratoria en el Congreso, peor que lo visto en los últimos dos años. Si bien los republicanos tienen el control de la Cámara de Representantes, los demócratas son mayoría en el Senado y el Presidente Obama tiene en sus manos el poder del veto en el caso que las propuestas republicanas se impongan en ambos plenos.

¿Y qué sucederá entonces? ¿Qué se espera para los próximos meses? "La cobardía y falta de creatividad de parte del ‘body politck' es tal que no tenemos mucha esperanza que los demócratas o los republicanas vayan a presentar alguna propuesta que alivie el sufrimiento de la comunidad inmigrante", dijo Cabrera. "Sin embargo, vale la pena recordar que las dos veces que se ha aprobado legislación migratoria de importancia, ha sido bajo liderazgo republicano, no demócrata".

La Raza pone su esperanza en la organización de la comunidad hispana y en el trabajo por hacer. Reconoce que "estamos a la defensiva", pero que el terreno por avanzar puede conducir a la gestación de un debate amplio que permita la aprobación de una reforma migratoria generosa.

"Estamos empujando a que haya responsabilidad por parte del Congreso. Porque mientras ellos no presenten soluciones, los estados van a seguir un camino que muchas veces es conflictivo con una solución al problema", dijo Martínez. "Tenemos que prevenir que simplemente se siga con la política de mano dura que ya se ha estado llevando a cabo por más de 10 años y no ha llevado a la solución (...). El reto es de que los líderes políticos respondan a lo que es la actitud del público, porque en realidad el pueblo norteamericano está bastante frustrado con la falta de solución en este tema y reclama una reforma migratoria".

"Este año vamos a ver si (los republicanos) pueden avanzar eso (la reforma migratoria) y moderar algunas de estas posiciones tan radicales como perseguir el perfilamiento racial y atentar contra la Constitución (con el cambio o modificación a la Enmienda 14)", añadió.

Cabrera de aferra al mismo sueño que comparten 11 millones de indocumentados escondidos en las sombras de la desesperación y el miedo. "Quiero pensar que la historia de este país se repetirá y que muy pronto la balanza se inclinará a nuestro favor. El trabajo de nosotros como organizaciones e individuos es el de acortar el tiempo de sufrimiento y agilizar la implementación de leyes más humanas, más justas, más de acuerdo a los valores que tanto nos enorgullecen como democracia libre", concluyó.

SOCIOS NACIONAL

NATIONAL PARTNERS