April 9, 2011 | La Opinión | Articulo original

Se complica paso a la ciudadanía

Ana García vivió en Los Ángeles como residente permanente durante 15 años, y en 2009, tras vender una propiedad, se fue a su país a abrir un negocio, regresando solamente cada seis a ocho meses para evitar perder su green card. Pero cuando volvió  el año pasado a intentar hacerse ciudadana, la rechazaron.

 José A. Puente, por su parte, pensó que hacerse ciudadano sería fácil, ya que tenía 20 años viviendo en este país y más de ocho como residente permanente. Pero al hacer la solicitud, le hallaron problemas en su pasado: dos DUI (manejar alcoholizado) que datan de la época en que tenía problemas con su manera de beber.  Su solicitud fue negada.

 Después del aumento en la tarifa de ciudadanía, las solicitudes de ese beneficio bajaron a niveles de hace diez años en 2008, pero en los dos años siguientes aumentaron consistentemente hasta superar los 710,000 en 2010.

No obstante, al mismo tiempo, la aprobación de naturalizaciones ha bajado durante dos años consecutivos, del récord de más de 1 millón en 2008, a 743,715 el siguiente año y 619,713 después. 

En los últimos tres años, 240,000 solicitudes han sido rechazadas por diversas razones, según cifras del propio Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).

 Abogados que atienden casos de ciudadanía en su consulta de inmigración afirman que no es que haya nuevas leyes, sino que los oficiales las están aplicando más estrictamente.

 “Están mucho más estrictos $cosas como la residencia continua y la presencia física”, señaló el abogado Eli Farehmand, quien representa principalmente a clientes del medio oriente que a menudo viajan por largas temporadas.

“De los clientes que vienen a consultarme, a por lo menos la mitad le aconsejo no pedir la ciudadanía”.

 Esto fue lo que le pasó a Ana García, a pesar de haber acumulado muchos años de residencia, su ausencia del país durante casi dos años fue considerada “un abandono” de su residencia.

 “Lo peor es que ya había pagado los casi 700 dólares “, dijo García por Skype desde Argentina, su país de origen. “Después de vivir tantos años en Estados Unidos y nunca hacerme ciudadana, ahora ya no voy a poder hacerlo”.

 Alma Rosa Nieto, otra abogada de inmigración de Los Ángeles, indicó que antes los funcionarios de ciudadanía eran $ás tolerantes, ya que aunque deben seguir la ley, tienen cierta discreción al hacerlo.

 “Lamentablemente en la comunidad vemos a gente con delitos de manejar bajo la influencia y creen que porque ocurrieron hace muchos años no les afectarán”, dijo Nieto. “Ultimamente ellos no se fijan sola$en los últimos cinco años, sino en una larga trayectoria”.

 Otros problemas en el récord incluyen no haberse inscrito en el servicio selectivo, tener deuda en la manutención de hijos, haber tenido delitos de violencia doméstica o no haber pagado los impuestos correspondientes.

Cualquiera de estas fallas puede dar al traste con una solicitud de ciudadanía. En algunos casos, si se encuentra más de un delito, hasta es posible que las autoridades intenten revocar la residencia del individuo y lo puedan deportar, agregaron los expertos.
 “Hacerse ciudadano puede ser un arma de doble filo.

La ‘migra’ generalmente no sabe o no se da cuenta si un inmigrante ha cometido un delito hasta que este presenta su solicitud de naturalización o se va de viaje, y cuando regresa pasan la mica por la computadora”, dijo Nieto. “Entonces salen cosas que había en el pasado”.

 Reba Aghchay, abogada de un bufete en el centro de Los Ángeles, indicó que personalmente ha manejado dos casos en los que un cliente solicitó la ciudadanía en momentos en que se separaba de su cónyuge.

 “A la hora de la entrevista, le pidieron pruebas de manutención a uno que ni siquiera se había divorciado aún, sólo estaba separado.

En otro caso el divorcio ocurrió fuera del país y aquí no había pruebas y declaración de manutención”, dijo Aghchay. “Es obvio que están buscando cualquier razón para rechazar la solicitud”.

 Los viajes de los solicitantes están siendo “escrutados con lupa”, dijo Aghchay. “Antes la actitud hacia la ciudadanía era más amplia.

Por supuesto que es correcto aplicar las leyes, pero sé que hay mucha gente que ni siquiera está solicitando por temor a que los rechace. Perder el dinero o algo peor”.

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